Tema 6: La Revelación y su transmisión 

Hna. Ma. Magdalena Ramírez Llamas CJC

Bienvenid@s a la segunda semana de esta Jornada de formación

Continuamos profundizando el Directorio para la catequesis, de manera especial nos centraremos en el primer capítulo, la manera en cómo Dios se da a conocer al ser humano para autoevaluarnos en el modo en que realizamos su transmisión a nuestros interlocutores.

Itinerario para la realización del tema:

1. Oración de inicio: 

Hacemos oración el canto: “Rostros” de los Jesuitas. Y meditamos un momento la letra del canto.

 Tu rostro se escondió detrás de la razón,

veneno para no soñar

Me encuentras y te doy con miedo el corazón,

quiero volar y no volar.

Sosiegas mi razón, agitas la canción,

no sé so es ley o es el amor.

 ¿Por qué no eres quien solías?

hoy tus gestos no lo puedo adivinar

Con gran ternura te enamoras de los pasos que no quiero recordar

En un abrazo haces la ley en mil pedazos y me invitas a volar

¿será que nunca había mirado bien tu rostro en realidad?

2. Tocamos nuestra experiencia de vida

Dios ha querido darse a conocer, así lo descubrimos en la historia de salvación. De manera especial, se quiso dar a conocer a través de su Hijo Jesús.

De manera particular, también se ha querido dar a conocer a cada uno de nosotros, saliendo a nuestro encuentro en alguna etapa de nuestra vida.

  • ¿Cómo descubres el rostro de Dios en tu historia personal?
  • ¿De qué mnera se ha revelado Dios en tu vida?
  • ¿Con quién de las tres divinas personas te relacionas mejor? ¿Con el Padre, con Jesús o con el Espíritu Santo? 

3. Nos dejamos iluminar y confrontar

a) Mira el video preparado para este tema

b) Lee el número 14 del Directorio para la catequesis

 El anuncio cristiano comunica el plan divino, que es:

  • Un misterio de amor: las personas, amadas por Dios, están llamadas a responderle, convirtiéndose en signos de amor para sus hermanos;
  • La revelación de la verdad íntima de Dios como Trinidad y de la vocación de la persona a una vida filial en Cristo, fuente de su dignidad;
  • La ofrenda de salvación a todos los seres humanos, a través del misterio pascual de Jesucristo, don de la gracia y de la misericordia de Dios, que conlleva la liberación del mal, del pecado y de la muerte;
  • La llamada definitiva a reunir a la humanidad dispersa en la Iglesia, realizando la comunión con Dios y la unión fraterna entre todas las personas en este presente, pero plenamente lograda al final de los tiempos.

 

4. Buscamos caminos que transformen nuestra vida y nuestro entorno

Dios ha revelado su amor y realiza su designio de una manera nueva y definitiva en la persona del HIJO, enviado en nuestra carne, mediante el cual los hombres tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo.

  • ¿Cómo estoy transmitiendo esta verdad revelada del Padre que es Jesucristo?

La misericordia con la que hemos sido tratados, se transforma en el punto de referencia y de credibilidad que nos permite recuperar la pasión compartida por crear «una comunidad de pertenencia y solidaridad, a la cual destinar tiempo, esfuerzo y bienes» (FT, 36)”

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