¡Prepara tu casa que viene el Señor!

Aquí estoy María y José, vengo agobiado y cansado de caminar, un caminar en medio del desconcierto del día a día…

Deseo que el Señor abra mis ojos y mi corazón para no encerrarme en mi situación sino que pueda contemplar la necesidad de los demás y comprometerme en la medida de mis posibilidades, porque solo una vida que se entrega a los demás es digna de ser vivida.

Amén.

«Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»  (Lc  2, 8-16)

Esta nueva realidad es el espacio donde Dios ahora pide ser acogido….

Pensemos un momento en los efectos que esta pandemia del COVID 19 nos ha traído… Hay muchos motivos para la desesperanza: enfermos, muertes, familias sin ser acompañadas en su duelo, crisis económica en todos los niveles, incertidumbre, distancia entre familias y amigos, etc. Pues en esta circunstancia escuchemos la Buena Noticia de los Ángeles, «Hoy nos ha nacido Dios, para dar esperanza y sentido a todo lo que estamos viviendo”.

Señor, dales el eterno descanso a los que han muerto por el Covid 19 o de otras enfermedades que no fueron atendidos por el sistema de salud colapsado.

Señor, acompaña a los que se sienten solos o están deprimidos por las consecuencias de esta pandemia.

Señor, recompensa a todo el personal médico y personas de buena voluntad que han comprometido su vida en bien de los enfermos y sus familiares.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…

Humildes peregrinos, Jesús María y José

Mi alma os doy y con ella mi corazón también.

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