Corona

de Adviento

2021

 

 

 

 

 

 

 

Introducción al comenzar el Adviento
El papá, mamá o abuelos preguntan: ¿Cómo nos preparamos para la Navidad?
Cada uno podrá responder

Quizás ya comenzamos a adornar nuestra casa, comenzamos a pensar en regalos, en la comida, vemos en negocios adornos, luces, árbol de Navidad, ofertas. Todo nos dice que viene un tiempo especial, es la Navidad.

 Pero la primera Navidad en el mundo no fue así.

Navidad es el nacimiento del Hijo de Dios. Jesús que se hizo hombre. En aquel tiempo sólo algunos pocos supieron de su nacimiento: un grupo pequeño del pueblo de Israel, san Juan el bautista, María su madre, José padre adoptivo, los pobres pastores de Belén que lo reconocieron con el anuncio del ángel, los sabios de oriente. El pueblo de Israel esperaba por siglos la llegada del salvador, pero para muchos pasó desapercibido como hoy para muchos la Navidad es Navidad sin Jesús.

Hoy como familia estamos invitados a vivir esta Navidad de una forma diferente. Vamos a recibir al niño Dios en nuestra familia y por eso debemos preparar el corazón. Nos va ayudar la oración, escuchar la Palabra de Dios, y escuchar a la Iglesia en el Papa.

La Iglesia nos propone un tiempo previo a Navidad de preparación para el nacimiento de Cristo al que llama adviento. Su duración puede variar de 21 a 28 días, porque se celebran los cuatro domingos anteriores a la fiesta de Navidad. Es un tiempo de reflexión y de perdón.

Previamente se elabora la corona de adviento familiar. Reunidos en familia alrededor de la corona de adviento Se explica el sentido de la corona de adviento.

¿Qué es la corona de Adviento?

Durante el Adviento, en los templos y en algunos hogares se coloca una corona con ramas de pino, llamada corona de Adviento. Cada elemento de la corona tiene un significado:

– Tiene cuatro velas, una por cada domingo. La luz de las velas simboliza la luz de Jesús.

– La forma circular de la corona significa que “no tiene principio ni fin”, así es el amor de Dios por nosotros, es eterno.

– El color verde de las ramas representa la esperanza y la vida.

Hay una pequeña tradición de Adviento: a cada una de las velas que se van encendiendo se les asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana.

Para asignar un valor o virtud a vivir seguiremos las palabras del Papa Francisco para vivir mejor en familia 1.

A continuación la celebración para encender la vela de cada domingo del Adviento.
 

 

 

 

 

Primera actitud para vivir en familia: “pedir permiso”, “ser amables”

Para comenzar: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración: Señor que esta corona nos ayude a preparar los corazones de cada uno de los que formamos esta familia para tu llegada el día de Navidad.

Se apagan las luces y se lee el texto Col 3,12

Escuchemos a Dios:

“Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia.”

Esta es Palabra de Dios / Te alabamos Señor.

O Proverbios 16,23-24
“El corazón del sabio vigila su boca, y sus labios son más persuasivos. Las palabras amables son un panal de miel: dulces al alma y saludables al cuerpo”

Vela 1: al encender esta primera vela recordemos el propósito de cambio, de ser mejores pidamos a Dios la conversión de corazón.

Escuchemos al Papa Francisco, él nos invita a ser mejores en familia con actitudes y palabras. La primera actitud que nos sugiere es pedir “permiso”.

“Cuando nos preocupamos por pedir gentilmente también aquello que quizás pensamos que podemos pretender, nosotros ponemos una verdadera prisión para el espíritu de la convivencia matrimonial y familiar. Entrar en la vida del otro, incluso cuando es parte de nuestra vida, necesita la delicadeza de una actitud no invasiva, que renueva la confianza y el respeto. Con este propósito recordamos aquella palabra de Jesús en el libro del Apocalipsis, que hemos escuchado: ‘Yo estoy junto a la puerta y llamo: si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos’ (3,20). Veamos que ¡también el Señor pide permiso para entrar! No lo olvidemos. Antes de hacer una cosa en familia: ‘¿Permiso, puedo hacerlo?” “¿Te gusta que lo haga así?’ Aquel lenguaje verdaderamente educado, pero lleno de amor. Esto hace tanto bien a las familias”.

Para reflexionar: nos preguntamos y compartimos: ¿Cómo nos hemos amado este año como familia? ¿Cómo nos tratamos entre nosotros? ¿Hemos olvidado ser amables, pedimos las cosas con respeto, sin gritos, sin ofensas? El que desee responder en alto, lo puede hacer.

Hemos escuchado que por ser hijos de Dios nos debemos distinguir por la amabilidad, la paciencia, el respeto, el amor. Necesitamos recuperar una relación más respetuosa en familia para amarnos y hacernos felices.

Para terminar: Todos los miembros de la familia se toman de la mano y rezan juntos el Padre nuestro.

Oración: Dios Padre, gracias por darnos una familia. Te pedimos que, ahora que comienza el Adviento, podamos demostrarnos el amor que nos tenemos como familia y vivamos cada día más unidos. Te pedimos llenar nuestro hogar de tu amor. Te pedimos fuerzas para mejorar o cambiar lo que sea necesario. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Para cantar: “Ven, Ven, Señor, no tardes”

Ven, ven Señor no tardes; Ven, ven Señor que te esperamos: Ven, ven Señor no tardes; Ven pronto Señor. El mundo muere de frío, el alma perdió el calor; los hombres no son hermanos, el mundo no tiene amor.

Propósitos: Después de la reflexión anterior, cada miembro de la familia dirá cuáles serán sus propósitos para mejorar y hará un compromiso para cumplirlos durante la semana.

1. “Permiso, gracias y perdón: palabras que abren el camino para vivir en paz” Estas actitudes fueron sugeridas por el Papa Francisco y publicadas en Texto completo de la catequesis del Papa por la fuente: Radio Vaticano y Rome Reports https://radiomaria.org.ar/papa-francisco/permiso-gracias-y-perdon-palabras-que-abren-en-camino-para-vivir-en-paz/enaudiencia general el Miércoles, 13 de mayo de 2015
 

 

 

 

 

Segunda actitud para vivir en familia en esta semana “dar gracias”

Vela 2: Se enciende la vela anterior y la segunda vela de Adviento.

Para comenzar: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se apagan las luces y se lee el Evangelio de San Juan 3, 16

Escuchemos a Dios:

“Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”.

Esta es palabra de Dios/Gloria a ti, Señor Jesús.

Escuchemos al Papa Francisco: “La segunda palabra para mejorar la vida en familia, es decir: ‘gracias’. Ciertas veces pensamos que estamos transformándonos en una civilización de los malos modales y de las malas palabras, como si fueran un signo de libertad. La gratitud es una planta que crece solamente en la tierra de las almas nobles. Aquella nobleza del alma, aquella gracia de Dios en el alma que empuja a decir: ‘Gracias a la gratitud’”.

Para reflexionar: Quizás una de las primeras palabras que aprendimos de niños cuando recibíamos algo fue: “gracias”. Y hoy ¿por qué olvidamos al levantarnos dar gracias a Dios por la vida, por la salud, por el amor en familia? ¿Por qué hemos olvidado dar las gracias en familia, en nuestra vida diaria? ¿olvidamos dar gracias por los alimentos que Dios nos regala y se preparan en casa? ¿damos gracias por el servicio el trabajo, el amor de papá, de mamá? ¿Por qué olvidamos dar gracias a Dios por amarnos tanto al darnos a su Hijo? ¿olvidamos darnos gracias entre esposos, entre hijos, padres o abuelos? Recuperemos esta nobleza del alma que nos dice el Papa.

Para orar: Padre, que sepamos reconocer todo lo bueno que recibimos de ti y de los demás siendo agradecidos. Gracias por enviar a tu Hijo Jesús al mundo para darnos Vida Eterna. Que esta semana sepamos reconocer tu amor en todo lo que nos das gratuitamente. Que sepamos ser agradecidos con los demás y en nuestra familia por el servicio y el amor en cada pequeño detalle que recibimos en nuestra vida. Amén.

Oración a la Virgen María del Adviento: Predispón, María, mi corazón a la gracia del Espíritu para acoger con mi sí a ese Niño Dios que espera y ansía el encuentro conmigo. Amén

Para terminar: Todos los miembros de la familia se toman de las manos y rezan juntos un padrenuestro. Se encienden las luces y se canta una canción.

Para cantar: “Demos gracias al Señor, demos gracias, demos gracias al Señor”.

Propósitos: Después de la reflexión anterior, recordemos durante esta 2a semana dar las gracias por cada gesto de amor, por cada acción responsable y amable de los demás. (Para hacerlo visible también podemos escribir notas de gratitud a los miembros de familia y pegarlos en el refrigerador)
 

 

 

 

 

Tercera actitud para vivir en familia “Pedir perdón”

Vela 3: Se enciende la tercera vela de Adviento junto con las anteriores.

Para comenzar: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se apagan las luces y se lee el texto: 1 Juan 4, 12 . 20 o Colosenses 3,13

Escuchemos a Dios: “Nadie ha visto nunca a Dios pero si nos amamos unos a otros Dios permanece en nosotros, y su amor se dilata libremente entre nosotros. El que dice: Yo amo a Dios y odia a su hermano es un mentiroso. El que ame a Dios ame también a su hermano”.

Palabra de Dios / Te alabamos Señor

“Sopórtense y perdónense unos a otros, si uno tiene queja contra otro. Como el Señor los perdonó, a su vez hagan los mismo” Col 3,13

Escuchemos al Papa Francisco: La tercera palabra es “perdón”. Palabra difícil, cierto, sin embargo tan necesaria. Cuando falta, pequeñas grietas se ensanchan hasta transformarse en fosos profundos. En la casa donde no se pide perdón comienza a faltar el aire, las aguas se vuelven estancadas. Tantas heridas de los afectos, tantas laceraciones en las familias comienzan con la perdida de esta palabra preciosa “discúlpame”. Por esto, si han peleado, nunca terminen la jornada sin hacer las paces en familia. ¿Y cómo debo hacer las paces? ¿Ponerme de rodillas? ¡No! Solamente un pequeño gesto, una cosita así. ¡Y la armonía familiar vuelve, eh! ¡Basta una caricia! Sin palabras. Pero nunca terminar la jornada en familia sin hacer las paces.

Para reflexionar: El Papa nos invita a perdonar cuando nos hemos herido, cuando hemos discutido, cuando nos hemos lastimado. A veces, lastimamos más a los que amamos, nos faltamos el respeto, perdemos la paciencia y decimos palabras de las que nos arrepentimos. Pero necesitamos dar el paso y pedir perdón o perdonar, no ir a dormir si hemos roto el corazón de quien nos ama. A veces es una palabra, una acción, un gesto, una actitud… Piensa en tu familia ¿A quién debo pedir perdón? ¿A quién debo perdonar? Si perdonas sentirás libertad y paz.

Para orar: Jesús, tú nos enseñaste en la oración del Padre Nuestro a pedir perdón a Dios como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Pero no ha sido fácil reconocer nuestros errores y corregirlos. Por eso este día te pedimos la gracia de ser humildes para saber pedir perdón y ofrecer el perdón a quienes nos han herido o a quien hemos lastimado. Renueva el amor en nuestra familia para vivir el perdón que nos sane. En tu Nombre lo pedimos al Padre y al Espíritu Santo Amén.

Para terminar: Todos los miembros de la familia se toman de las manos y rezan juntos un padrenuestro. Se encienden las luces y se abrazan pidiéndose perdón.

Propósitos: Cada miembro de la familia puede pensar o decir cuál es su propósito durante la semana y se comprometerá a cumplirlo. Será un momento especial si nos damos el perdón a papá. o mamá, esposo o esposa, entre hermanos, con vecinos o amigos.

 

 

 

 

 

Poner una imagen de la Virgen María junto a la corona del Adviento.

Cuarta actitud la esperanza. La presencia de Dios en nuestra familia es nuestra esperanza

Vela 4: Se encienden las 4 velas de los domingos.

Para empezar: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se apagan las luces y se lee la lectura del Evangelio según San Mateo 7, 24-25:

Escuchemos a Dios: “Aquel, pues, que escucha mis palabras y las pone por obra, será el varón prudente, que edifica su casa sobre roca. Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos y dieron sobre la casa; pero no cayó, porque estaba fundada sobre roca”

Esta es palabra de Dios/ Gloria a Ti Señor Jesús.

Para reflexionar: Guardar unos minutos en silencio hemos vivido tiempos difíciles en esta pandemia pero podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿De qué manera se ha manifestado la presencia de Dios en nuestra familia durante el año? ¿Lo hemos dejado actuar o le hemos estorbado? Cada uno podrá responder si desea.

Nuestra esperanza es saber que el Señor está entre nosotros aún en medio de dificultades, enfermedades, él nos anima. Por eso dice en su Palabra “ no dejen que vacile su esperanza” Col 1, 23

Para orar: Padre, que nos has dado una familia en la cuál te hemos conocido y amado, ayúdanos a vivir teniéndote siempre presente en nuestras vidas. Te pedimos que en esta Navidad nos regales el quedarte con nosotros en nuestros corazones y sentir que vives en nuestro hogar, en nuestras familias. Amén.

Para terminar: Todos los miembros de la familia se toman de las manos para rezar juntos un Padrenuestro y un ave María.

Concluimos con una oración a Nuestra Señora del Adviento

Señora del Adviento, señora de los brazos vacíos, señora de la preñez evidente y extenuante. Cuánto deseamos que camines con nosotros. Cuánto necesitamos de ti. Mujer del pueblo que viajas presurosa y alegre a servir a Isabel, a pesar de tu vientre pesado y fatigoso. Entre las dos tejerán esperanzas y sueños. Señora del Adviento, señora de los brazos vacíos, también nosotros estamos preñados de esperanzas y sueños. Soñamos con que el canto de las aves no vuelva a ser turbado por el ruido de las balas. Soñamos con nuestros niños sin temores, cantando al fruto de tu vientre ya cercano. Soñamos con todos los niños del mundo, durmiendo tranquilos al arrullo de un villancico. Soñamos que nuestros viejos mueren tranquilos y en paz murmurando una oración. Soñamos con que algún día podremos volver a tener sueños y utopías y esperanzas. Señora del Adviento, la de los brazos vacíos, visítanos como a tu prima. Monta tu borriquito y ven presurosa. Nuestros corazones son pesebres huecos y fríos donde hace falta que nazca tu hijo. Ven, señora, con tus gritos de parto a calentar nuestros corazones, a seguir tejiendo esperanzas con nosotros, como lo hiciste con Isabel. Solo así, en medio de la noche iluminada por tus brazos, ahora llenos, y por tus pechos que amamantan, podremos volver a soñar…podremos gritar: ¡es Navidad!”.   Se encienden las luces y se canta una canción.

Para cantar: “El camino que lleva a Belén”. El camino que lleva a Belén baja hasta el valle que la nieve cubrió. Los pastorcillos quieren ver a su Rey, le traen regalos en su humilde zurrón. Ropo pom pom, ropo pom pom. Ha nacido en un portal de Belén el Niño Dios. Yo quisiera traer a tus pies algún presente que te alabe Señor más Tú ya sabes que soy pobre también, y no poseo más que un viejo tambor, ropo pom, pom, ropo pom, pom. Propósitos: podemos reconciliarnos con Dios cada uno de los miembros en familia en el sacramento de la reconciliación para recibir a Jesús en esta Navidad.
Web grafia AUDIENCIA DEL PAPA “Permiso, gracias y perdón: palabras que abren el camino para vivir en paz” Estas actitudes fueron sugeridas por el Papa Francisco y publicadas en Texto completo de la catequesis del Papa por la fuente: Radio Vaticano y Rome Reports https://radiomaria.org.ar/papa-francisco/permiso-gracias-y-perdon-palabras-que-abren-en-camino-para-vivir-en-paz/ en audiencia general el Miércoles, 13 de mayo de 2015 ORACION A NUESTRA SEÑORA DEL ADVIENTO EN https://www.infocatolica.com/blog/geniofemenino.php/1312090653-nuestra-senora-del-adviento 12 Noviembre 2020

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