ENCÍCLICA LAUDATO SI’

 

“Las criaturas de este mundo ya no se nos presentan
como una realidad meramente natural, porque el
Resucitado las envuelve misteriosamente y las orienta a
un destino de plenitud. Las mismas flores del campo y las
aves que él contempló admirado con sus ojos humanos,
ahora están llenas de su presencia luminosa.” (LS 100)