IV Domingo de adviento
Situación
¿En dónde me habla Dios?
¿Quiero escucharlo y responder a su proyecto de amor?
Karl Barth, teólogo suizo del siglo XX, con gran convicción decía que, para hacer teología se necesitaba: la Biblia y el periódico. Parafraseando podemos decir que, para vivir con autenticidad el cristianismo es preciso escuchar la Palabra de Dios y al mismo tiempo la realidad del mundo. La Virgen María es el modelo de esta escucha integrada.
Pensando en nuestro compromiso ecosocial, la respuesta de la joven de Nazaret es fuente de luz en nuestro servicio.
Evangelio
Lc 1, 39-45
En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre.
Se llenó Isabel de Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá».
Reflexión
Este domingo es el de la visita servicial. María después de escuchar la Palabra se levanta y parte con prontitud a atender a su prima Isabel, mujer embarazada, madre que necesita ayuda y compañía. María nos enseña los fundamentos de la espiritualidad servicial y de la compañía. En clave ecosocial podemos ver también a la Tierra como una madre (cfr. LS 1,2,11,53,87,92) y hermana (cfr. LS 1,65,68,92,241) que está en necesidad, a “causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella”, como afirma la encíclica Laudato Si’ (LS).
La crisis ecológica global nos invita a cuidar la casa común de todos. Esta es la situación concreta donde el Señor nos llama a colaborar y a servir. Con su ejemplo,María, nos anima a no quedarnos como meros espectadores de lo que sucede en nuestra Tierra con los problemas medioambientales, sino a convertirnos en partícipes y protagonistas de servicios a favor de nuestro planeta y a toda la forma de vida que alberga. María sirve guiada por la intuición del Espíritu Santo, quien le cubrió con su sombra, y nosotros con los dones y carismas que también nos da el Espíritu.
Podemos decir que, los voluntarios comprometidos desde la ecología integral, guiados por las enseñanzas de la encíclica LS, son como María de Nazaret del Evangelio. Ellos escuchan a Dios “se levantan” y “presurosos” se entregan al cuidado de nuestra casa común. También cada cristiano, junto a María, estamos llamados a realizar este viaje misionero ecológico con un sentido espiritual y hasta místico, con acciones concretas, y algunas veces hasta silenciosas, en favor de nuestra casa común.
Compromiso
El papa Francisco llama a María, la Virgen de la prontitud.
Teniendo de modelo a María, nosotros misioneros ecológicos, partamos presurosos acuidar a nuestra madre Tierra, ejercitándonos con los verbos ecológicos que yaconocemos:
Rechaza, Reemplaza, Reduce, Repara, Reutiliza, Recicla, Recupera,Reflexiona, Renueva, Recompensa
Oración
Señor, te pido la gracia de tener un corazón abierto a Jesús que ya está por llegar. Que a ejemplo de María seamos portadores de vida nueva, y vayamos a servir a los que están en necesidad; sin olvidar a nuestra madre Tierra, nuestra casa común.
¡Ven, Señor Jesús!
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Hna. Lic. Gladys de la Cruz HCJC – P. Dr. Saju George SVD