¡Prepara tu casa que viene el Señor!

Jose y María, continuamos este viaje a Belén, ¡cuánto cansancio e incomodidades ha de haber implicado este viaje!, sin embargo, el gozo de la presencia de Jesús llena de esperanza el camino y ayuda a superar toda fatiga.

Continuamos este camino con la esperanza y la certeza de que las pruebas son pasajeras y que estando con Cristo son llevaderas.

 Amén.

“Ahora sale triunfante nuestra salvación en la casa de David, su siervo, como lo había dicho desde tiempos antiguos por boca de sus santos profetas: que nos salvaría de nuestros enemigos  y de la mano de todos los que nos odian; que nos mostraría el amor que tiene a nuestros padres  y cómo recuerda su santa alianza. Pues juró a nuestro padre Abraham que nos libraría de nuestros enemigos para que lo sirvamos sin temor, justos y santos, todos los días de nuestra vida”.                                         

                                                         Lc 1, 69-75

En la encíclica Fratelli Tutti, el Papa Francisco nos dice que vivimos una guerra a etapas, a pedazos (FT 25, 259) porque constatamos el aumento de la violencia a diferentes niveles, ámbitos y formas.

 Ante esta situación son muchos los afectados que buscan posada  de seguridad, de paz, de un lugar donde sentirse seguros y tranquilos , un lugar donde no corra riesgos la familia.

 Que el príncipe de la paz nos enseñe a descubrir cada día los que puede conducirnos a la paz.

Señor, acompaña a todos nuestros hermanos que sufren porque no pueden expresar libremente su amor hacia ti.

Señor, que todos los cristianos perseguidos experimenten en su corazón tu amor y predilección que los llene de esperanza y consuelo.

Señor, que todos seamos fieles discípulos tuyos y confesemos tu nombre sin temor.

Señor, concede la conversión a aquellos que provocan dolor, sufrimiento y violencia.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…

Humildes peregrinos, Jesús María y José

Mi alma os doy y con ella mi corazón también.

Afuera

1. En el nombre del cielo, os pido posada,
pues no puede andar mi esposa amada.

2. Venimos rendidos desde Nazaret;
yo soy carpintero de nombre José.

3. Posada te pide, amado casero,
por solo una noche, la Reina del Cielo.

4. Mi esposa es María, es Reina del Cielo
y Madre va a ser del Divino Verbo.

5. Dios pague Señores, su gran caridad
y los colme el cielo de felicidad.

Adentro

1. Aquí no es mesón sigan adelante
yo no puedo abrir no sea algún tunante.

2. No me importa el nombre déjenme dormir
pues ya les he dicho que no voy a abrir.

3. Pues si es una reina quien lo solicita
¿cómo es que de noche anda tan solita?

4. ¿Eres tú, José? ¿ Tu esposa es María?
Entren peregrinos, no los conocía.

5. Dichosa la casa que alberga este día
a la Virgen Pura la hermosa María

Todos 

Entren Santos Peregrinos, Peregrinos,
reciban este rincón,
aunque es pobre la morada, la morada,
os la doy de corazón.

Cantemos con alegría, alegría
Todos al considerar,
Que Jesús, José y María
Nos vinieron hoy a honrar.

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