¡Prepara tu casa que viene el Señor!

Aquí estoy Señor, recibe en este momento toda mi persona, todo lo que soy y lo que estoy llamado a ser.

Dispón mi corazón para acoger tu Palabra, para acoger la Vida que viene en forma de niño.

María y José, caminemos hacia la gruta, pues el Misterio nos aguarda,  enséñenme a abrir mi corazón para la hora tan anhelada. Amén.

“Vino a su casa, y los suyos no la recibieron”
(Jn 1, 11)

«Herodes, al ver que había sido burlado por los magos, se enfureció terriblemente y envió a matar a todos los niños de Belén y de toda su comarca, de dos años para abajo, según el tiempo que había precisado por los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen».   (Mt 2,16-18)

Esta nueva realidad  Dios ahora pide ser acogido en los niños no nacidos….

Hoy las leyes se pronuncian por eliminar el derecho a vivir a seres inocentes que desde el vientre de su madre, son arrancados cruelmente, arrebatándoles la vida y, muchas veces, son los mismos padres los que le niegan el don sagrado de la existencia.

Estos niños ahora son los que piden «posada» que la vida los acoja y tengan la oportunidad de conocer el amor de una familia y disfrutar lo bello de la vida…

Señor, perdón por este crimen tan atroz de matar a un inocente.

Señor, toca el corazón de los padres que quieren abortar.

Señor, que los médicos estén siempre a favor de la vida y la defiendan.

Señor, por nuestros legisladores y gobernantes  hagan leyes a favor de la vida y la custodien desde su inicio hasta su término natural. 

Padre Nuestro, Ave María y Gloria…

Humildes peregrinos, Jesús María y José

Mi alma os doy y con ella mi corazón también.

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