“Para el buen funcionamiento del ministerio catequético en la Iglesia particular es preciso contar ante todo,
con una adecuada pastoral de los catequistas”.
¿Cuándo nos referimos a la formación de los catequistas, Qué queremos decir? ¿Qué abarca? ¿Por dónde comenzar?
El Directorio General para la catequesis (DGC) nos ofrece útiles orientaciones para la formación de los catequistas.
Al respecto, en el número 233 señala: “Para el buen funcionamiento del ministerio catequético en la Iglesia particular es preciso contar, ante todo, con una adecuada pastoral de los catequistas”.
Advierte por qué es importante la formación de los catequistas:
“Todos estos quehaceres nacen de la convicción de que cualquier actividad pastoral que no cuente para su realización con personas verdaderamente formadas y preparadas, pone en peligro su calidad” (DGC 234).
A continuación en el número 238 describe las dimensiones de la formación: el ser, el saber, el saber hacer.
Mismas, que el Pbro. Alberich, un reconocido catequeta explica con el siguiente esquema.
Dimensión de la Formación del Catequista en el «Ser»
Abarca los siguientes aspectos:
- IDENTIDAD HUMANA
- IDENTIDAD CRISTIANA
- IDENTIDAD ECLESIAL
- IDENTIDAD SOCIAL
Dimensión de la Formación del Catequista en el «Saber»
Abarca los aspectos de:
- EL PROYECTO DE PASTORAL DE SU IGLESIA
- NATURALEZA Y COMETIDOS DE LA CATEQUESIS
- EL CONTENIDO DE LA CATEQUESIS
Dimensión de la Formación de Catequistas en el «Saber Hacer»
Abarca los siguientes aspectos:
- EL CATEQUISTA DEBE SER EXPERTO EN PROGRAMACIÓN CATEQUÍSTICA
- EDUCADOR CON COMPETENCIA PEDAGÓGICA Y DIDÁCTICA
- EL CATEQUISTA DEBE SER CAPAZ DE ANIMAR UN GRUPO
- EL CATEQUISTA debe ser experto en el arte de la co