Tema 2: Herramientas espirituales para trascender el impacto de la Pandemia 

Hna. Ma. del Carmen Jiménez CJC

Hnas. Postulantes CJC

Bienvenid@s al segundo tema 

Este segundo tema quiere ofrecer herramientas espirituales para trascender el dolor, la impotencia, la fragilidad y tantos otros sentimientos que suscita la vivencia de esta pandemia, para fortalecer la fe y la esperanza en el Señor.

Itinerario para la realización del tema:

1. Oración de inicio:

En unos momentos de silencio tomamos conciencia de cómo estamos al iniciar este momento de reflexión, dejamos en las manos del Señor preocupaciones, inquietudes, trabajos… cualquier cosa que nos distraiga.

Hacemos oración el canto “Dame Señor tu mirada”

Después de escuchar el canto, dirígele al Señor tu oración personal, lo que suscita en en tu corazón en este momento.

2. Tocamos nuestra experiencia de vida

Esta pandemia se ha visto y estudiado desde muchos ángulos, como es normal. Desde luego con una visión desde la salud, es lógico; pero también se ha contemplado esta situación desde el aspecto económico, el laboral, el social… y desde luego, no ha faltado tampoco una visión política… Se nos informa o desinforma constantemente… hay muchas versiones de la realidad… todo esto trae reacciones en nosotros.

Es por esto que, junto con otros muchos que ya lo hacen, queremos acercarnos, adentrarnos desde una visión desde la fe. Queremos ir a fondo, queremos ir más allá del hecho concreto, queremos ver a través del mismo hecho…

Y muchos se habrán preguntado ¿dónde está Dios en todo esto?

Nos detenemos… reflexionamos… ¿dónde está Dios?…

No aceleremos respuestas, ya que pueden ser respuestas equivocadas por nuestro disgusto, desilusión, desesperanza, miedo…

¿Dónde está Dios en todo esto?…

Antes habría que preguntarnos: ¿Qué imagen tengo de Dios? ¿La de un papá indiferente o la de una mamá sobre protectora que dificulta la madurez del hijo? ¿La de un ‘Aladino con su lámpara maravillosa’ o la de un jefe prepotente que solo ve por sus intereses?…

¿Dónde está Dios?… Tú que eres papá, tú que eres mamá ¿dónde estás cuando tu hijo te necesita? ¿O estás en la sala de operación, sufriendo con él a lo mejor por un accidente provocado por una imprudencia?… ¿No correrás a curarle el dedo que se abrió porque sin hacerte caso siguió jugando con el cuchillo?… ¿No se te saldrán las lágrimas ante la pena que sufre ahora por el mal uso de su libertad?…

3. Nos dejamos iluminar y confrontar

a) Mira el video preparado para este tema

b) Medita la siguiente cita bíblica: 

Se va leyendo pausadamente y dejando un momento entre una cita y otra.

“Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” Mt 28,20b

“No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre y eres mío… Si atraviesas las aguas, yo estaré contigo; los ríos no te anegarán. Si pasas por el fuego, no te quemará… Porque yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador… Is 43, 1b-3ª.

“Fíjate en mis manos, le llevo tatuado en mis palmas” Is 49, 16

 “Como un padre siente amor por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles” Salmo 102, 13

 En la quietud y silencio podemos ver a través de la transparencia del Espíritu que nos es dado… podemos contemplar en el fondo de nosotros mismos a Dios que nos habita…

 

4. Buscamos caminos que transformen nuestra vida y nuestro entorno

Es el tiempo propicio. Es hora de volver a casa. Su Hijo Jesús es el camino… Su Espíritu es la guía… Él está a la puerta para acogernos, abrazarnos… banquete preparado, música dispuesta… Mas no podrá haber fiesta plena si falta alguno…

¿Cómo nos vamos a tender la mano en este recorrido de regreso? ¿Qué voy a aportar para que se dé la transformación personal, familiar, comunitaria, social, ya ahora y esperar a que se acabe la pandemia?

A continuación, enumeramos algunas propuestas prácticas que pueden ayudarnos en este tiempo de pandemia para ir trascendiendo los momentos de crisis, desconcierto y sufrimiento.

1. La oración y meditación

El silencio y la meditación son herramientas que nos ayudan para tomar conciencias de nuestros sentimientos y emociones, nos ayuda a ponerles nombre o a llamarlos por su nombre, incluso el aquietarnos físicamente expresa ya nuestro deseo de paz y tranquilidad. La oración es un ejercicio de diálogo con el Señor en el que nos ayuda a presentarle a Él nuestra situación, los que nos preocupa, hace sufrir o confunde y en seguida es necesario quedarnos en silencio, a la escucha de su voz en nuestro interior, dejándonos iluminar, consolar y sanar nuestras heridas. La oración es herramienta eficaz.

2. La lectura de la Biblia

La Palabra de Dios es viva y eficaz (Heb 4,12), siempre produce con su dynamis algún efecto, no deja igual que al principio, siempre transforma, ya sea en el momento o después; cada vez que leemos o escuchamos la Palabra con atención y acogida produce frutos de bienestar y alegría en nuestras vidas.

3. Frecuentar los sacramentos

sobre todo, la Eucaristía, la reconciliación y si estas enfermo la unción de los enfermos. Es cierto que esta situación nos ha orillado a quedarnos en casa y evitar salir, pero gracias a Dios en estos últimos meses ya podemos participar un poco más, de igual manera siguen las transmisiones virtuales que pueden ser de gran ayuda cuando no tenemos posibilidad de hacerlo de manera presencial.

4. La lectura espiritual

Existen buenos libros que te pueden ayudar a ir iluminado nuestras experiencias personales, existen libros de autoayuda o de sentido espiritual, tal como el libro “Del sufrimiento a la paz” de Ignacio Larrañaga, este autor tiene varios en este estilo que nos puede ayudar a irnos ejercitando al mismo tiempo en la oración.

5. El acompañamiento espiritual o la consejería

Tener una persona que nos escuche y aconseje también es de gran ayuda, puedes buscar alguna persona que le tengas confianza y expresarle abiertamente la necesidad de que te escuche.

6. La escritura o narración

Escribir es también un ejercicio de gran ayuda, escribir narrando lo que sentimos o pensamos o deseando que fuera o sucediera. Podemos pensar que es otra persona lo que vive o esta pasando la misma situación que yo, y escribirle aconsejándole lo que sería bueno que hiciera o aconsejándole algunas pistas de solución.

7. Buscar contenidos de ayuda

Actualmente, gracias a los medios digitales, existen muchos videos que pueden ser de mucha ayuda, buenas conferencias, cursos, talleres con diferentes temáticas, elige aquellas que sean de tu interés y darte la oportunidad de ampliar tu horizonte.

8. Emplear tu tiempo haciendo el bien

Busca salir solo de tus problemas y ayudar a tu alrededor. Hazte presente con tus familiares, amigos, conocidos a través de llamadas, busca palabras de aliento y esperanza para compartir con los demás.

9. Representar con signos

Busca representar con signos o gestos lo que vives o desearías. Preparar un altar donde puedas ir poniendo estos signos, o nombres de personas por las que quisieras pedir cada día.

Estas son algunas herramientas que puede ser de gran utilidad, están expresadas de manera que nos puedan ayudar en primer lugar a cada uno de nosotros, pero también para que puedas hacer uso de ellas en la catequesis, aconsejándolas o bien ejercitándolos con tu grupo de catequesis.

Anhelo que en esta época que nos toca vivir, reconociendo la dignidad de cada persona humana, podamos hacer renacer entre todo un deseo mundial de hermandad. Entre todos: «He ahí un hermoso secreto para soñar y hacer de nuestra vida una hermosa aventura. Nadie puede pelear la vida aisladamente. Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos». Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos.

Fratelli tutti 8

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